¿Cómo se compone?




¿Cómo se compone?

De todas las preguntas que me han hecho, quizás, esta sea la mas constante y compleja de responder, aunque mi respuesta sea siempre breve y concisa con un contundente: no sé, al que luego de una necesaria pausa contesto: no hay ninguna fórmula, de tenerla no lo hiciera, es por eso que no me gustan las matemáticas.

Según la RAE componer significa:
1.tr. Formar de varias cosas una juntándolas y colocándolas con cierto modo y orden.
2.tr. Dicho de varias partes: formar o constituir un todo.

Pero, ¿cómo juntar esas partes?, ¿de que manera?, ciertamente hay algunas reglas para este juego, ley de contornos ilusorios, leyes de la Gestalt, estereografía cromática, espacio táctico, espacio óptico, ley sobre contrastes en la luminosidad, estructura, proporción aurea, ritmo, tensión, geometría y pare usted de contar, puesto a que la modernidad tanto en el ámbito de la arquitectura como en el del arte se encargó de establecer ciertos parámetros en pro de generar su propio lenguaje.

Es entonces cuando por parte de los estudiantes surge la siguiente pregunta: ¿entonces los artistas sí saben lo que hacen? ¿el proceso creador es realmente racional?

No necesariamente componer conlleva a un proceso racional, existen músicos con oído absoluto, aquellos que tienen la capacidad de identificar una nota sin conocimiento alguno, otros sin embargo dedican años al estudio de teoría y solfeo y se les dificulta componer una pieza propia.

“Una de las primeras cosas que la mayoría de la gente quiere que le expliquen con respecto a la composición es la cuestión de la inspiración. Olvidan que para un compositor el componer equivale a realizar una función natural”
Aaron Copland

Aunque Yaacov Agam decía que todos somos iletrados visuales, Hermann Ludwig Von Helmhohz diría que “los artistas son depositarios de una sabiduría visual que sólo ellos dominan, tienen un talento especial para captar el mundo visible”.

Ahora bien, esto no implica que sólo los elegidos son capaces de componer, la vista se puede educar, como se educan los gustos musicales, cinematográficos, o gastronómicos, podemos refinar la visión, cultivar nuestros ojos para que estén preparados a observar, agudizar los sentidos, la percepción y la intuición, como dice Bruno Munari en su libro Diseño y comunicación visual, “Una idea preconcebida con frecuencia dificulta al operador. No pensar antes equivale a prescindir de la razón y utilizar la intuición, empezar a disponer las formas de una manera casual, agrupar, dividir, cambiar, volver a agrupar, apartar girar, volver la hoja, cambiar, hasta que la misma combinación de las formas, que lentamente han ido tomando consistencia, puede sugerir la manera de terminar la composición”.


A la composición
a ti, cimiento azul de la armonía
sólida trama que una ley sanciona,
suma de acordes que entre sí aprisiona
en su red ideal la geometría.

A ti, premeditada fantasía,
diosa avara de cálculo, ladrona
del pleno espacio puro que corona
la inspiración de la sabiduría.

A ti, intocable flor, orden dilecto,
cabal conjunto, rítmico arquitecto,
inconmovible, mágica armadura.

Tu mejor monumento arde en tu frente.
Te alzas total imperativamente.
A ti, soplo y razón de la pintura.

Rafael Alberti.

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